TORTILLA
La base de nuestra subsistencia es la alimentación, luz, aire, agua y comida. Para alimentarnos necesitamos de la tierra y de la atmósfera. Con la combinación justa de luz del sol, agua y tierra las semillas germinan y se regeneran. El trabajo de sembrar la ierra es muy antiguo, pero continúa siendo igual de importante.
Mediante el proceso de sembrar la ierra, la observación y la atención orientaron el desarrollo conceptual para crear un discurso con diferentes niveles de significación. La relación con la tierra sucede interviniéndola, interactuando con ella mediante el proceso cíclico de la siembra y cultivo, pero también por medio de instalaciones landart y trabajando la arcilla para hacer piezas de cerámica.
La semilla al germinar conecta la Tierra con el Cielo, se nutre de luz solar, agua y tierra. La dirección establece una conexión vertical del suelo hacia el cosmos. La simbología de la relación entre la Tierra y el Cielo es muy vasta en muchas culturas. En el I, Ching, el libro de las mutaciones, Cielo y Tierra representan las dos fuerzas primarias luminosa y obscura que en relación dialéctica complementa los opuestos generando un movimiento de transformación constante de todas las cosas. Lo Creativo y lo Receptivo se conjugan en la generación de la semilla. La semilla es el origen del mundo y la perpetuación del mismo.
En complejidad un atractor es una cuenca que establece un rango de posibilidades de la manifestación y conducta de un fenómeno. Una semilla es un rango de la manifestación de las posibilidades de reproducción de un ser vivo. En el material genético de la semilla se encuentran los códigos necesarios para la evolución biológica. El lugar propicio y las condiciones favorables para la germinación de una semilla son parte de la cuenca atractor que define el rango de posibilidades para su germinación y crecimiento. Fuera de ese rango la semilla no germina, sin suficiente agua, tierra, luz y calor. La cantidad límite necesaria de estos factores es la frontera del atractor.